La lectura nos hace más felices y nos ayuda a afrontar mejor la existencia. Los lectores están más contentos y satisfechos que los no lectores, en general son menos agresivos y más optimistas”. Quienes lo dicen son los responsables de un análisis reciente elaborado por la Universidad de Roma III a partir de entrevistas a 1.100 personas. Aplicando índices como el de la medición de la felicidad de Veenhoven y escalas como la Diener para registrar el grado de satisfacción con la vida, los investigadores han llegado a estas conclusiones que demuestran, como dice Nuccio Ordine, autor del manifiesto La utilidad de lo inútil, que “nutrir el espíritu puede ser tan importante como alimentar el cuerpo” y que necesitamos, mucho más de lo que pensamos, esas experiencias y conocimientos que no se traducen en beneficios económicos.
Por otro lado, el estrés se reduce y la inteligencia emocional sale ganando, así como el desarrollo psicosocial, el autoconocimiento y el cultivo de la empatía, según un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Emory, en Atlanta, que siguieron las reacciones de 21 estudiantes durante 19 días consecutivos. La lectura puede incluso modificar comportamientos a través de la identificación con los protagonistas de la literatura, sostiene Keith Oatley, novelista y profesor de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto.
El convencimiento de los beneficios de la lectura es el motor de School of Life, centro londinense de biblioterapia que prescribe libros para ayudar a superar conflictos (ruptura, duelo…). Como dice el filósofo Santiago Alba Rico, autor de Leer con niños, un ensayo que estimula en los padres el placer de compartir relatos con sus hijos, la lectura, como el enamoramiento, es un “vicio virtuoso”. Cuando conocemos los bienes que nos proporciona, no podemos dejar de practicarla.
TRES LECTURAS RECOMENDADAS
Mañana, Gonzalo Contreras
Ambientada en los años sesenta, la reciente propuesta del autor chileno es una profunda indagación al amor y sus desvaríos. Un triángulo amoroso entre Esther, Anabel y el protagonista de la historia: Antonio Marsante –un joven debutante chileno en el Banco Interamericano de Desarrollo–, es el eje central de esta historia que trajo de vuelta a las librerías al destacado escritor nacional, Gonzalo Contreras. A través de la historia, en Mañana, el lector es testigo del vacilante paso de la juventud a la madurez y del descubrimiento progresivo de los “materiales” de que están hechos los sentimientos.
El hombre lento, J.M Coetzee
Un accidente hizo de Paul Rayment un hombre inválido. A sus 60 años, reflexiona tristemente sobre su existencia y a veces le asaltan momentos de ilusión. Su nuevo estado hace que lentamente se instale en él otro tipo de pensamiento. Coetzee habla de la vida con un estilo único, magnético, y lleva a sus lectores por caminos de inteligencia y meditación.
Caligrafía para meditar, Thich Nhat Hanh
El maestro zen vietnamita Thich Nhat Hanh, líder mundial del budismo (nominado al Nobel de la Paz en los 60), acaba de publicar este libro que reúne 52 piezas caligráficas realizadas por él con tinta y brocha, con mensajes como “bienvenido al país del tiempo presente” o “el milagro es caminar sobre la tierra”. Para el autor, la caligrafía es también una práctica meditativa que conduce a estar presente, gracias a la concentración y respiración que requiere. Su percepción no se aleja del sentido que tiene la caligrafía en todo Oriente, donde se la considera una actividad sagrada. Puede encontrar este libro en Amazon.