Nuestra Educación está a prueba.
Primero, los establecimientos educacionales debieron abordar la crisis social que comenzó en octubre y que golpeó directamente la programación del calendario escolar, con suspensión de clases, paros y cambios de fechas de la PSU. Lo anterior generó en los recién egresados de enseñanza media un estrés adicional a lo que significa abordar un proceso de selección para comenzar la vida Universitaria. Provocó además que muchos colegios debieran readecuar algunos de sus programas para este año, preparándose para un supuesto regreso del estallido.
Sin embargo, fue otra la crisis que llegó a desafiar a los colegios. Hoy, frente a la pandemia del COVID-19, los colegios tanto públicos como privados, han tenido que, nuevamente, repensar sus programas de educación, enfrentando cada uno problemáticas y dificultades propias de su realidad.
Los establecimientos educacionales municipalizados, en su mayoría, no cuentan con los recursos e infraestructura para enfrentar la educación a distancia. Tanto profesores como alumnos se han visto expuestos a estas deficiencias, e intentan de igual manera, con todos sus esfuerzos, dar continuidad al año escolar.
Por su parte, los colegios privados cuentan, en términos generales, tanto con las herramientas, como con los equipos humanos y técnicos para implementar en un corto plazo clases y evaluaciones en línea. Han logrado, de alguna manera, seguir con el programa de educación. Sin embargo, se enfrentan a otra problemática: la fuerte crisis económica ha dejado sin trabajo a muchos apoderados, suspendiendo el pago de las colegiaturas. Esto ha generado importantes dificultades en los Colegios para mantener los sueldos y administración general.
Ante este complejo escenario, nuestros hijos han sabido adaptarse rápidamente a este sistema de enseñanza en línea. Ser de una generación Z les ha permitido subirse a este sistema con facilidad. Son de la era de las pantallas, tablets, smart phones, redes sociales. Están acostumbrados a tener la respuesta a todas sus interrogantes en unos pocos segundos, en la palma de su mano. Así, con fluidez, incorporaron sus materias, tareas y una parte de su mundo escolar a la comodidad de su casa.
Tenemos una generación de jóvenes para quienes este 2020 es su último año escolar. Una generación que no podrá cumplir tradiciones e hitos importantes que por años se han realizado en sus Colegios y que marcan, de manera simbólica, el cierre de la etapa escolar. Los Colegios deberán diseñar nuevos ritos, adhoc a estos tiempos, que permitan a estos alumnos tener una despedida emotiva. Pero más complejo aún, los Colegios deberán resolver cómo se abordarán los ensayos, preparación y entrenamiento para la PSU, reforzamiento de materias y el apoyo de equipos multidisciplinarios frente a temas vocacionales de sus alumnos.
Frente a este escenario es que como Consultora nos hemos planteado, ¿cómo apoyar a los alumnos, futuros profesionales, en este proceso? ¿Cómo, desde Krebs Consulting y con nuestro expertise, nos hacemos parte y ayudamos a esta generación a tomar buenas decisiones de carrera?
Partiendo de estas interrogantes es que hemos diseñado un modelo de Coaching Vocacional para orientar a jóvenes que están en enseñanza media, y que ven cada vez más cercano el momento de tomar una decisión frente a su futuro profesional, pero que aún no lo tienen definido, ni tampoco tienen claridad respecto a cuáles son sus preferencias de estudio.
Nuestra especialidad es poder levantar un completo perfil de competencias y detectar habilidades innatas en cada alumno, y desde ahí poder identificar cuáles son las áreas con más potencial de desarrollo, definir temas de interés y cómo les gustaría aportar a la sociedad desde su profesión. Este programa también se hace extensivo a alumnos que están cursando actualmente una carrera y que consideran que no tomaron la opción correcta o que sienten que su decisión no cumplió con sus expectativas vocacionales.