Resiliencia. Sin duda es una de las competencias que más hemos visto a prueba durante esta pandemia. Y es una de las habilidades que más han debido desarrollar las personas que se desempeñan en Instituciones de Educación en contextos de vulnerabilidad. No sólo docentes y directivos de dichos establecimientos sino también, por supuesto, alumnos y apoderados. Porque si esta crisis ha desafiado al máximo al sector educacional, esto es aún más evidente en aquellas organizaciones que no cuentan con los recursos y tecnologías necesarios para hacer frente a una situación como ésta.
¿Cómo están enfrentando este desafío? ¿Dónde han puesto el foco y prioridades? ¿Cuáles han sido los principales desafíos o dificultades? Aprovechamos nuestra cercanía con el sector para conversar con actores que ocupan roles relevantes en algunos de estos establecimientos. Y si hay algo en que todos concuerdan es que, más allá de la importancia de hacer lo posible para que los niños sigan aprendiendo, lo más relevante ha sido mantener el vínculo con ellos.
Magdalena Aninat, Directora Ejecutiva de la Corporación Educacional del Arzobispado de Santiago, nos relata: “Partimos tratando de reproducir lo que teníamos preparado para la sala de clases, pero ahora en la casa. Rápidamente nos dimos cuenta de que hay una cosa que es mucho más importante: el vínculo. Hemos trabajado mucho con los profesores y hemos tenido que adaptar algunos de nuestros protocolos. Antes teníamos prohibido el contacto por Whatsapp o Instagram. Hemos tenido que rebobinar. Whatsapp nos ha permitido mantener un contacto más cotidiano con los estudiantes. Porque aquí lo más importante es la cercanía que logremos, el estar ahí, a la mano. Los alumnos no van a recordar al profesor que les mandó la guía más difícil, sino al que estuvo más presente, el que generó un mejor vínculo”.
Psicóloga de formación, Magdalena nos comenta que se encuentran hoy trabajando con el curriculum priorizado del Ministerio, pero que también han elaborado un currículum del Bienestar. Éste tiene por objetivo diseñar actividades que no irrumpan, que no estresen más el sistema. Porque las realidades de cada familia son complejas.
Algo similar opina María Ignacia Matte, Gerente del Área Académica de la Fundación Educacional Protectora de la Infancia: “Hoy lo importante es estar presentes. Usamos class room, pero si no se puede, usamos el papel y el teléfono. A los profesores los estamos midiendo por tasa de retorno. Es decir, con qué porcentaje de alumnos tienen contacto permanente, porque lo que queremos conseguir es que estén vinculados con sus alumnos. Hay poquitos casos, pero hay, de profesores con bajo nivel de vínculo, y en esos casos no hemos tenido buen resultado. Por lo tanto, mi conclusión, es que lo más importante de esta pandemia es el vínculo.”
Por su parte, María Eugenia López, Directora de Educación de la Fundación Nacional del Comercio para la Educación (COMEDUC), relata que el primer objetivo fue la localización de los estudiantes, su adherencia y permanencia, y que para ello fue fundamental la relación con sus profesores. “Hemos logrado un fuerte trabajo colaborativo con los profesores de todos los colegios, desde compartir experiencias, rediseños, etc., logrando que todas las comunidades educativas se integren a este trabajo. Así, hemos logrado un 93% de captura de estudiantes. Ha habido un trabajo organizado de movilizar a los equipos para que estén cerca de los estudiantes poniendo al alumno en el centro.”
En este aspecto, los colegios han debido romper algunos esquemas o modos de funcionamiento a los que estaban acostumbrados. Darle el celular a un alumno, ir a verlo a la casa o conectarse con él a las 7 de la tarde, son hábitos que antes no existían y que hoy tal vez se hacen necesarios. Porque la realidad es que algunos alumnos sólo se pueden conectar al final del día, cuando la mamá o el papá regresan del trabajo con el único celular disponible en la casa.
La flexibilidad es, por lo tanto, una de las habilidades que todos los docentes han requerido poner en práctica. Porque hoy, para ellos, todo es nuevo. “Han tenido que reinventarse, ante un escenario totalmente diferente. Esto los ha desafiado completamente, tienen que empezar a enseñar de una manera distinta. Volver a aprender y mirar su asignatura de una forma diferente. Rediseñar.” Así de desafiados y exigidos se encuentran hoy los profesores, según la perspectiva de Magdalena Aninat, mirada que también comparte Verónica Bastidas, Directora de Personas de COMEDUC. “Los docentes están sobre exigidos, se observa mucho cansancio, porque además también están en sus casas, con las propias exigencias de sus familias. Ellos, además, están preocupados, porque en definitiva saben que algunos no se están alimentando bien, saben que muchos no se pueden conectar y no avanzan. Y cómo le pides a un niño que tiene hambre, que se concentre, que aprenda. Eso los frustra, porque ahora ni siquiera los pueden abrazar para contenerlos.”
“Están bastante sobre exigidos. Lo complejo no es sólo el trabajo, sino que las condiciones son súper adversas. Y ellos (los profesores) también tienen sus propias realidades en sus casas, con sus propios problemas. Están empezando a sentir síntomas de agobio.” Complementa Magdalena, según lo que ve en la Corporación.
Porque además hoy los alumnos exigen aprender. Y de esta manera, los docentes se han visto desafiados por lo mismos alumnos, que están más demandantes. “Eso nunca había pasado antes y los docentes han tenido que ser más autónomos y flexibles para acompañar al alumno y lograr que aprenda. De alguna manera los alumnos han asumido un rol activo en su educación y el profesor se ha tenido que adaptar a esta nueva realidad y exigencia.” Relata María Eugenia desde su experiencia en COMEDUC.
Ello ha llevado a que las personas en roles Directivos deban no sólo centrarse en los alumnos sino también en generar programas y estrategias para cuidar a los Docentes. En el caso de la Protectora de la Infancia, el equipo directivo ha tenido un rol fundamental en la motivación de los profesores desde lo humano y también para ayudarlos a organizarse y alinearlos. María Ignacia Matte en particular, gracias a su formación de Coach, ha ejercido un rol de apoyo importante para los Coordinadores Académicos de los colegios. “Para mi lo más importante es la contención a los profesores, preguntarles cómo están y qué ideas tienen para enfrentar esta pandemia. Hay mucha creatividad por parte de los profesores, tienen una mirada más cercana y real de cada curso” – Comenta María Ignacia – “Al principio pusimos el foco en capacitaciones y tutoriales con el objetivo de enseñarles la tecnología class room. Ahora están muy cansados y necesitan más contención, así es que estamos diseñando programas con ese fin”.
Verónica Bastidas, por su parte, es consciente del desgaste al que están expuestos los docentes de COMEDUC, por lo que ya ha llevado a cabo varias iniciativas orientadas a darles contención. También certificada como Coach, muestra una clara orientación hacia las personas y comprende la importancia del autocuidado. “Hemos desarrollado programas de salud mental, de autocuidado, talleres de mindfullness, entre otros. Estamos trabajando con ellos el autocuidado, mucho, que estén atentos a las señales de su mente y cuerpo. De alguna manera, creo que se sienten respaldados por la Fundación, les damos el espacio que necesitan y buscamos juntos soluciones.”
Para ella es fundamental el rol que cumplen los Directivos de cada colegio y de la Fundación. “Es en estos momentos en que se miden los liderazgos, la contención y empatía que están logrando transmitir a sus equipos.”
Y en esa línea, hay consenso en que si en algo ha servido esta pandemia es en ayudar a volver a valorar el rol del Docente y del Colegio como institución. Magdalena Aninat es enfática en ello: “Yo creo que se va a fortalecer su rol. Los niños lo único que quieren es volver al colegio. Esto va a permitir reivindicar la escuela, el rol del profesor. Nos estamos dando cuenta de lo que significan los colegios en la vida de un niño. Porque en el colegio se aprenden muchas cosas, no solo contenido académico. El colegio es vital para el desarrollo de un niño. Y los niños echan de menos a sus compañeros, a sus profesores. Creo que se va a dar una valoración muy fuerte de lo que es la escuela.”
María Ignacia Matte concuerda: “Creo que esto va a generar un cambio en la forma de educar y por lo tanto el rol del Docente va a cambiar. Pero creo firmemente que el rol del docente presente no es reemplazable y que con todo esto se va a valorar más. Eso me da esperanzas. Porque los papás se han dado cuenta de que el trabajo del profesor es difícil y demandante.”
Enormes son los desafíos que enfrentan los profesionales de este sector, y también los que enfrentarán en el futuro, con un mundo que se vislumbra cada vez más complejo. Así, existe cierto consenso respecto a que las Universidades Chilenas están en deuda en cuanto a la formación que imparten hoy a los docentes. Magdalena Aninat es especialmente crítica al plantear “No pueden estar más lejana a lo que los profesores realmente necesitan después en sus trabajos. Lo que les enseñan después no les sirve, no hay sintonía. Esa adaptación debió haber ocurrido hace mucho tiempo, pero ahora, con una crisis de esta magnitud, se hace aún más evidente.”